Si las tortugas tienen una esperanza de vida relativamente larga, aún pueden contraer enfermedades más o menos graves durante su existencia. Estos a menudo se deben a malas condiciones de reproducción, nutrición inadecuada o una atmósfera que promueve el estrés o la ansiedad. Estilo de vida sedentario, letárgico, pérdida de apetito, pérdida de peso fuera de la hibernación, dificultad para respirar que conduce a sibilancias, sibilancias o estornudos, problemas intestinales y diarrea, ojos hinchados, ojos llorosos, manchas en la balanza, ablandamiento o deformación de la piel son todos banderas rojas para un estado de mentira subyacente.
¿Cuáles son las enfermedades más comunes en este reptil? Consulta nuestra guía para conocer y reconocer las principales enfermedades que pueden afectar la salud de este delicado y frágil animal.
Abscesos
Común en las tortugas, pueden desarrollarse en las patas, la cola y el cuello. No muy dolorosas, contienen pus espeso que necesita ser operado.
Septicemia
Esta infección generalizada ataca la sangre. Provoca la aparición de manchas rojas en las extremidades y plastrón. Por tanto, es necesario un tratamiento farmacológico con antibióticos.
Estomatitis
Esta infección viral o bacteriana de la cavidad bucal afecta a muchos reptiles. Se manifiesta en hiper-salivación y lesiones linguales. La tortuga tiene dificultad para alimentarse y está muy débil.
Dermatosis
Las patologías dermatológicas de la tortuga generalmente se deben a la falta de higiene y luz a nivel de su hábitat. Pueden ser fúngicas (micosis), infecciosas, parasitarias o traumáticas (mordeduras, heridas). Además, si su mascota se desarrolla en un ambiente demasiado húmedo, puede desarrollar dermatitis por humedad, que puede provocar infecciones y pérdida de caspa.
Distocia o retención de huevos
El estrés, la desnutrición, el medio ambiente o incluso la anatomía del animal pueden explicar esta patología. El tratamiento farmacológico o quirúrgico puede aliviar a la tortuga.
Fracturas de caparazón
Pueden ser leves o muy graves. Solo un veterinario puede evaluar la gravedad de las lesiones y ofrecer el tratamiento adecuado.
Enfermedades de los ojos
La tortuga puede ser propensa a diversas enfermedades oculares como conjuntivitis, queratitis, inflamación de la córnea o incluso hipopión, lo que provoca la presencia de pus en el ojo. Un examen físico es obligatorio para tratar a la tortuga de manera efectiva.
Osteofibrosis
Debido a la falta de calcio y vitamina D, esta grave enfermedad conduce al ablandamiento del caparazón, dificultad para moverse, crecimiento del pico y crecimiento anormal de las garras. El animal afectado debe tratarse rápidamente.
Infección en el oído
Muy común en las tortugas, es el resultado de una mala higiene, una nutrición inadecuada y una falta de vitamina A.
Enfermedades parasitarias
El parasitismo interno es causado por la presencia de gusanos y protozoos. Debe tratarse con la ayuda de antihelmínticos adecuados. Las garrapatas y la miasis son las dos familias principales de parásitos externos. Si bien las garrapatas se pueden eliminar con fórceps, la miasis debe tratarse quirúrgicamente ya que excavan heridas profundas e infectan tejidos.
Problemas respiratorios
También conocidas como enfermedades pulmonares, a menudo son de origen bacteriano y causan dificultades respiratorias. Luego, la tortuga mantiene la boca entreabierta para alimentarse de oxígeno. Si se trata de una infección, hay secreción nasal, dificultad para respirar y pérdida del apetito. Puede ser rinitis, que es muy común en las tortugas. La situación se vuelve preocupante cuando la enfermedad se convierte en neumonía, que es particularmente peligrosa para un reptil. Por tanto, se debe consultar urgentemente a un veterinario.
Prolapso de Colon
Esta enfermedad severa y dolorosa se asocia con obstrucción intestinal y corresponde al descenso del intestino grueso. Las intervenciones veterinarias son obligatorias y urgentes.
Para protegerse de estas dolencias a menudo clásicas pero a veces graves, es importante observar a su tortuga con regularidad y ofrecerle un hábitat saludable y un cuidado diario y adecuado. La tortuga es un animal extraordinario pero frágil que necesita mucha atención.
Si tiene problemas o cambios de comportamiento, llame a un veterinario.